El balance entre la vinificación tradicional y nuevas tecnologías permite a las uvas el pleno desarrollo de su potencial. Las uvas seleccionadas a mano tienen una fermentación espontánea que tarda unos 20 días, no se añaden levaduras comerciales. Sigue la fermentación maloláctica. El vino no pasa a barrica, decidimos permitirle crianza en botella: el vino madura sin oxigenación durante 18 meses. Se trata de un proceso de crianza reductiva a diferencia de la crianza en barrica que es oxidativa. La botella supone el remate final en la mejora del vino, se redondea y alcanza su momento óptimo de consumo conservando los aromas frutales y su carácter de terruño. Es una premisa contar con la temperatura adecuada en la cava. Dos años después de la vendimia el vino se presenta al mercado.

VinoElaboración del vinoVino de altura

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