En 1965 los dueños de la finca, la familia Saravia, querian venderla. Para agradecer a su capataz, el Señor Anatolio Tapia, por el trabajo de tantos años le regalaron un campo. Tapia pudo elegir el lugar y decidió construir su nueva casa en las 24,5 hectáreas situadas al lado del río Huasamayo, protegida por los cerros a su alrededor. En el mismo terreno construyó una capilla. En la actualidad no se celebra misa en ella, pero sirve aún para las oraciones de los habitantes. En el año 2004 los herederos de Tapia vendieron Finca El Recuerdo, este pequeño paraíso. En 2006 plantamos un viñedo con 1,5 hectáreas.